miércoles, 3 de septiembre de 2025

El sol zombificador


Eddington (Ari Aster 2025) presenta a manera de enlace entre capítulos una imagen clásica del western: El sol en el cénit rodeado de un halo. En la típica de vaqueros esa imagen viene con música ominosa que anticipa un desenlace fatal y de remate suena el cascabel de una víbora o se escuchan graznidos de zopilotes. Sabemos que el héroe cruza el desierto y, a menos que suceda algo inesperado su muerte es inminente.

En el pueblo de Eddington, un microcosmos de Estados Unidos, el que está condenado no es un solitario vaquero, más bien parece ser el pueblo completo. Lo dice Joe Cross (Joaquin Phoenix), el sheriff de esta población en el desierto de Nuevo México. Se lo dice al alcalde: "Tu pueblo está muerto". Y Cross, como un Trump wannabe quiere devolver a Eddington a supuestos tiempos de gloria pasados cuando era un pueblo dedicado a la minería de cobre.

Pero parece que el principal problema de Eddington no es ni el covid 19, la historia transcurre en 2020, ni tiene nada que ver con el cobre. Más bien es como si el sol del desierto les estuviera causando alucinaciones a los habitantes, o como si les estuviera comiendo el cerebro, zombificándolos.

Eso sin embargo es metafórico, lo que vemos es un virus, que no tiene nada que ver con el covid, que entra por la laptop de Dawn (Deirdre O´Connell), una fanática de las conspiraciones empeñada en que su hija Louise (Emma Stone) "saque la cabeza de la arena", es decir que acepte las teorías conspirativas igual que ella.

Louise por cierto, está mal, al principio no sabemos que tiene, parece deprimida, se siente observada todo el tiempo, rechaza el sexo con su esposo, quien al inicio de la película esta viendo un video sobre personas que quieren tener hijos pero su pareja no.

La cura resulta ser un tuluminati: Vernon (Austin Butler) un "iluminado" que asegura que gracias a cinco años de terapias experimentales recuperó recuerdos de cuando su papá lo regaló a un grupo de pedófilos, que lo llevaron junto con otros diez niños, a un bosque para abusar de ellos y sólo él pudo escapar. Todo acerca de este gurú parece falso empezando por su historia y las teorías conspirativas que propala en su sitio de internet. Así que cuando nos enteramos que el problema de Louise supuestamente es que fue abusada, y luego al final la vemos feliz y embarazada junto a Vernon, lo de que sus problemas vinieran del abuso parece dudoso. Para empezar ella nunca dice quien fue el que abusó de ella. Su mamá dice que fue Ted García (Pedro Pascal), el alcalde del pueblo, pero Louise lo niega. El sheriff Cross le pregunta quien fue y ella no le dice nada a su marido. De cualquier modo el problema por un abuso cuando ella era niña no se había podido arreglar hasta que llega el loco chalado de Vernon. La conclusión lógica es que ella necesitaba un charlatán y una secta para sanar y poder tener hijos.

Es el triunfo de los merolicos y embaucadores, como el vagabundo mugroso y descalzo con quien inicia la película, quien va hablando solo prometiendo millones a quienes le hagan caso. Significativamente atrás de este vagabundo, Lodge (Clifton Collins), se ve la construcción de un gigantesco centro de datos para alguna inteligencia artificial. Lodge acaba muerto, pero otra conspiranoica, la suegra del sheriff, será de las triunfadoras. Ella será quien hablará en la inaguración del gigantesco centro de datos, pues a su yerno le meten un cuchillo en la cabeza y queda como vegetal, pero aún así gana las elecciones y se convierte en el nuevo alcalde de Eddington. Y como no puede moverse o hablar, la suegra, con la que vive, acaba siendo el verdadero poder.

¿Pero cómo fue que Joe Cross acabó como un despojo humano descerebrado?

Al principio parece un tipo que sólo está en contra de ponerse cubrebocas y de la cuarentena porque según él el covid aún no ha llegado a Eddington. Parece un tipo bonachón que ayuda a la gente, está en contra del alcalde García porque este es corrupto y ama profundamente a su esposa.

Pero no quiere pensar: Decide lanzarse para alcalde y no quiere pensarlo mucho, acusa a Ted García de violación y tampoco quiere pensarlo mucho antes de lanzar la acusación por las redes. Va soltando pequeñas teorías conspirativas como que detrás del centro de datos está Bill Gates, algo de lo que no tiene la menor prueba, o que los tapabocas tienen que ver con el comunismo y acabarán siendo mortales. Después de acusar a García de violar a su esposa las cosas se van enredando cada vez más hasta que acaba haciéndose de enemigos que lo quieren matar.

Y las teorías descerebradas de derecha no son el único blanco de críticas en esta película. También aparecen wokes con ideas bastante radicales como los blancos que quieren acabar con los blancos. Uno de ellos, Brian (Cameron Mann), acaba matando a un tipo de la "antifa", los antifascistas, el que le clava un cuchillo al sheriff y paradójicamente eso le permite convertirse en un influencer de derecha. Pero influencer al fin. Y en efecto, los extremos se tocan.   

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