sábado, 17 de diciembre de 2011

De San Quintín a Hollywood.

Esta es la historia de Edward Bunker, cuyo currículum incluye haber sido el preso más joven en la cárcel de San Quintín, haber estado en la lista de los 10 más buscados por el FBI, unos cuantos asaltos a bancos y créditos como actor en 25 películas. Inclutendo a "Mr Blue" en Perros de reserva.


En realidad la historia de Bunker es una historia circular, pues este personaje nació en Hollywood, después tuvo una larga vida como criminal, incluyendo muchos años de prisión en algunas de las cárceles más famosas de Estados Unidos. Al final regresó a la meca del cine donde trabajó como guionista, actor y productor. Sin embargo su fama se debe principalmente a su trabajo como escritor. Bunker publicó varias novelas y libros autobiográficos y es considerado como uno de los mejores escritores que haya habido acerca del mundo criminal y de las prisiones.

Si vieron la película “Kurt & Courtney”, un documental donde prácticamente se acusa a la actriz y cantante Courtney Love de haber mandado asesinar a Kurt Cobain, tal vez les llamó la atención que parecía haber muy poca distancia entre el glamoroso mundo del cine y el bajo mundo. En “Kurt & Courtney” podemos escuchar las amenazas que Courtney dejó en la contestadora del director del documental. Suena como si fuera la mataviejitas pero es la misma mujer que hemos visto muy sonriente desfilando por la alfombra roja en la entrega de los Oscares. En otra parte el director va a entrevistar a un amigo de Kurt, pero parece dudar antes de entrar al lugar donde está este sujeto, pues dice, es la casa de un narcotraficante y le han dicho que siempre trae una metralleta UZI y que es muy violento. Y así por el estilo.

En el caso de Bunker, la frontera entre el bajo mundo criminal y el mundo del cine se borra por completo. Eddie, como le decían sus allegados, nació en 1933, su madre fue una corista de las películas musicales del director Busby Berkeley y su papá trabajaba como chalán en foros de cine. Desde los cinco años Bunker fue abandonado e internado en un orfanato. A partir de ahí su vida se alternó entre internamientos, ya sea en otros orfanatos, en reformatorios y después en cárceles, y periodos de libertad dedicados casi por completo a la delincuencia.

Si se han preguntado como algunas películas como por ejemplo “Fuego contra fuego” logran parecer tan reales, pues resulta que este realismo le debe mucho a Bunker que fue asesor de los actores y del director Michael Mann. Al parecer Mann también le pidió a todo el elenco que leyeran “No Beast so Fierce”, la primer novela de Bunker, que escribió en la cárcel. Danny Trejo, uno de los actores, también exconvicto le debe su carrera actoral a Bunker. Ambos se volvieron amigos en prisión y se reencontraron trabajando en una película en los años ochenta. Bunker era uno de los guionistas y Trejo estaba de extra, pero Eddie recomendó a Trejo con el director que acabó dándole un papel importante. 

Durante su vida Bunker fue juzgado y condenado, entre otras cosas, por narcotráfico, extorsión, falsificación de cheques y asalto a banco. En realidad lo sorprendente en su caso es que haya vivido también fuera de las cárceles. La leyenda de Eddie Bunker no tiene nada que envidiarle a otros criminales famosos: En una ocasión logró que lo pasaran de la cárcel a un manicomio, para ello fingió estar loco diciendo que la iglesia católica le había insertado un radio en el cerebro. También tenía una fuga en su haber. Se dice que cometió su primer delito antes de cumplir los cinco años, cuando quemó la cochera de unos vecinos. Bunker era un tipo con una inteligencia muy superior al promedio y al parecer empezó a escribir gracias a la influencia de otro prisionero famoso, Caryl Chessman. Chessman era un condenado a pena de muerte por secuestro, robo y violación que se hizo muy famoso por defenderse a si mismo de forma muy astuta, incluso montando toda una campaña en los medios de comunicación. Varias veces logró evitar su ejecución por muy poco tiempo. Y provocó una gran polémica acerca de la pena de muerte, antes de que ese tema fuera muy controversial en Estados Unidos. Chessman escribió varios libros en prisión gracias a los cuales escritores de la talla de Aldous Huxley, Ray Bradbury y Norman Mailer abogaron por él. Al final, la muerte de Chessman fue tan dramática como la más dramática muerte cinematográfica. Cuando ya estaba en la cámara de gases llegó una llamada urgente al lugar pues se descubrió una prueba que demostraba su inocencia. Desafortunadamente para Chessman no se pudo sacarlo de la cámara pues los gases se hubieran salido matando a la gente que estaba presente en la ejecución.

En la famosa cárcel de San Quintín Bunker lo conoció en una ocasión en que estuvo encerrado en una celda de castigo cerca de él. Otra persona determinante para Bunker fue una antigua actriz del cine mudo, Louisa Wallis, que lo conoció en una de sus etapas de libertad, cuando Bunker fue su chofer. De algún modo Wallis notó su talento y durante años lo ayudó. Ella le regaló su primer máquina de escribir, que tuvo que mandarle a la cárcel. Bunker dice que para poder pagar las estampillas y mandarle por correo sus escritos debió vender su sangre.

Desafortunadamente sólo uno de los libros de Bunker se ha traducido al español,  el autobiográfico “La educación de un ladrón”. (Aunque en realidad la traducción correcta debería ser “La educación de un delincuente”). Sus libros han recibido muchos premios, algunos han sido adaptados al cine como en el caso de “Animal Factory” y “No Beast so Fierce” y han sido muy elogiados tanto por otros escritores del género como por autores más “serios” como William Styron. Bunker murió en el 2005 a consecuencia de una operación contra el cáncer.