Leave No Trace (2018) es en el fondo la historia de la emancipación de una hija, o sea de que crece y quiere ser independiente y todo eso. Y lo que hace particular a la historia es que ella y su padre se llevan muy bien y viven solos en el bosque.
Leave No Trace tiene una calificación de 100 en el tomatómetro de Rotten Tomatoes, o sea según la opinión de los críticos (No del público) recabada en ese sitio se trata de una película perfecta.
Para quienes no la hayan visto Will, el papá de Tom, que es el extraño nombre de la niña, es un exmilitar que vende los medicamentos que le surten en el centro de atención a veteranos a otros veteranos que también viven en el bosque aunque no tan aislados como él.
Tom un día descubre en un recorte de periódico de su papá, que su unidad estaba siendo devastada por los suicidios.
Todo esto hace del papá un exmilitar típico pues los veteranos de Irak y Afghanistán regresaron con fuertes problemas de salud mental, empezando por el famoso Síndrome de Estrés Postraumático, que es lo que tiene Will, y muchos acabaron de homeless además de que presentan altísimas tasas de suicidio.
Entonces un día Tom está leyendo sobre los amorosos rituales de los caballitos de mar y, como si fuera cosa de la pubertad, comete un error que hará que los descubren. Porque Will era un experto en ocultarse, camuflarse y desaparecer. Hacía simulacros con Tom en caso de que tuvieran que esconderse rápidamente, se cuidaban de no dejar huellas al caminar y Will le pedía a Tom que ensuciara sus calcetines para que no resaltaran.
Los detienen por acampar en un lugar prohibido y acaban en manos de los trabajadores sociales. Lo que la historia presenta como lo peor que les pasó es que los someten a interminables baterías de preguntas. Supongo que estas representan el más nítido contraste con la libertad en que vivían porque son como las telarañas del encasillamiento por parte de otros. Luego les consiguen una casita para vivir en una granja de arbolitos de navidad donde Will podrá trabajar y ahí, encerrados en cuartos, el contraste con su anterior paraíso boscoso se siente brutal. Acabarán durmiendo afuera como para recordar la libertad.
Pero la cosa no acaba ahí, la trabajadora social no para de llevarle a Will documentos que debe firmar, el dueño de la finca le pide que vayan a la iglesia, en donde a Tom le explican que Dios hizo a las ranas, lo que a Will, con toda razón le parece aberrante. El esconde la televisión que hay en la casa pero un día la trabajadora social le dice que debe cooperar si quiere seguir siendo independiente y le da un teléfono, que es la gota que derrama el vaso, cosa que a mi me parece perfectamente razonable, y decide escapar de nuevo.
Pero Tom ya empezaba a hacer amigos y en su nuevo bosque un día Will se lastima el tobillo y acaban en una pequeña comunidad, que parece de anacoretas como ellos apenas un poquito más sociables y ahí, en lo que Will puede volver a caminar, Tom decide que ya no quiere vivir aislada.
Will se vuelve a internar en el bosque y ella lo sigue un tramo, finalmente le dice que sabe que él no puede vivir de otro modo y se despiden. Ella le dejará provisiones en un punto que han acordado, sabe que su papá la quiere pero que para él, la gente se ha vuelto algo radioactivo, insoportable, mortal. Y debe estar lo más lejos posible de las telarañas humanas. Como las telarañas con las que empieza la película. Sólo que mucho más peligrosas.
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