domingo, 31 de marzo de 2013

Delincuencia ecológicamente consciente


Van varias películas que presentan delincuentes con conciencia ecológica, y en general, tipos liberalesbuenaonda: La de Salvajes, otra sobre una familia que cultiva mota de alta calidad que no recuerdo el nombre y ahora la de Hit and Run. En la de Salvajes la contradicción entre meterse en violencia delincuencial y una personalidad ecologista - pacifista se manejaba con dos personajes opuestos que eran socios y uno era el violento y el otro el meditador pacífico. En el caso de Hit and Run, lo que sucede es que el personaje principal, que se llama Yul Perkins (aunque como está en un programa de protección de testigos se cambió el nombre a Charlie Bronson), era el chofer de una pandilla de asaltabancos pero ha dejado eso atrás y "cambió". La película aunque por el nombre y la publicidad parece una chase movie en realidad es una comedia romántica y, por lo que vi en algunas críticas, a algunos que esperaban una película de acción los decepcionó. Porque realmente el meollo de la historia es la relación entre Charlie/Yul (Dax Shepard) y su novia Annie (Kristen Bell). Ella es una maestra con doctorado en resolución no violenta de conflictos y él un tipo pacífico y articulado que le gusta resolver los problemas hablando y que está en un programa de protección de testigos porque fue testigo de un crimen pero en el que no tuvo nada que ver. Eso claro, es lo que le dice a Annie.

En este caso me parece que Charlie no es un asaltabancos creíble, ni tampoco Alex, el personaje de Bradley Cooper. Pero tampoco creo esa sea una falla tan grave de la película que obviamente presenta a unos delincuentes tolerantes, protectores de los animales y que prefieren el diálogo a la violencia para explotar las contradiccion cómicamente. Pero tampoco es imposible la existencia de personajes así. Una vez leí de un tipo en la Wired, que describían como de "sensibilidad hippie", ecologista etc. que manejaba un sitio de internet en donde los "ladrones de identidad" de tarjetas de crédito vendían los datos a los clonadores de las mismas. Sí, hay una especialización de estas funciones. En general entre los pequeños cultivadores de mariguana o los que venden drogas alucinógenas o los hackers seguramente hay mucha gente así. Pero hay otra cuestión que plantea esta película: ¿Los ecologistas/protectores de los animales/pacifistas/antimachistas etc. pueden volverse agresivos para imponer sus valores? Es lo que sucede en esta historia cuando el personaje de Alex con una pistola hace comer comida de perro a un tipo para que aprenda a no comprarle esa comida tan mala a su mascota. O en menor medida, cuando Annie califica burlonamente de violador a un tipo que trabaja en una gasolinería nomás por su pinta de macho.


De cualquier modo, la película, sin ser nada del otro mundo me pareció divertida. El estilo es de mucho diálogo y confusiones y situaciones chuscas entre delincuentes que hablan demasiado, muy a la Tarantino, pero creo que funciona. Y no puedo evitar contar esto que me dio mucha risa: los dos policías hombres que salen en la película (Tom Arnold y Jess Rowland ) resultan ser gays y tienen una aplicación que se llama "Pouncer" que les dice sí hay gays cerca en busca de sexo. Un dato curioso es que la pareja protagónica es pareja en la vida real y se nota que hay química real ahí.

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