miércoles, 21 de octubre de 2020

Nosferatu, la peste

 

Se ha dicho que el Dracula de Bram Stoker es una metáfora de una epidemia de sífilis. En el caso de Nosferatu, el primer gran clásico cinematográfico de vampiros, literalmente la película empieza diciendo que es la historia de una gran epidemia que azotó a Wurzburg,  Alemania, en el siglo XIX. El vampiro Nosferatu no es mas que la encarnación de esa epidemia. Un hecho curioso es que la película es de 1922 cuando el mundo apenas iba saliendo de la epidemia de gripe española, que, por lo menos hasta ahora, mató a mucha más gente que el covid 19 y ni siquiera se le menciona. En cambio Nosferatu se remonta hasta la peste negra de la edad media, que esa sí fue brutal, y esa es la enfermedad que Nosferatu lleva a Wurzburg por medio de ratas y tierra contaminada. Se supone que para acabar con el vampiro una mujer (Maiden en la traducción en inglés que sería una soltera lo cual no checa porque la que se sacrifica es casada) debe sacrificarse para atraer al vampiro y hacer que este se distraiga y se exponga a la luz de la mañana. Es como extraño eso de sacrificar mujeres en una historia alemana del siglo XX. Pero si consideramos que el pueblo estaba en cuarentena, pues se supone que estaba en cuarentena y pasaba un señor a cada casa para poner una cruz en las que hubiera muertos, como que lo del sacrificio adquiere sentido. O sea no podían como nosotros esperar a que saliera la cura o la vacuna. Entonces si todos se encerraban se iban a morir de hambre. Tampoco podían trabajar por zoom. Si salían se enfermaban de peste y se morían pero si no salían se morirían de hambre... y de peste. ¿Qué quedaba por hacer? Pues lo que hace Ellen, exponerse al Nosferatu/peste. Así había muchos muertos pero se acababa la peste y no morían de hambre. De hecho también para hacer vacunas se necesita gente que se exponga a la enfermedad. 

Nosferatu también funciona como anillo al dedo como metáfora de la sombra jungiana, al final lliteralmente desaparece como sombra con la luz y varias veces se la llama sombra y cosas similares. Y lo que recomienda Jung para que no nos controle nuestra sombra que viene siendo nuestro inconsciente es echarle luz, conocerlo no reprimirlo. Pero en este caso se puede decir que el mal triunfó, el vampiro se hechó a la amada esposa del protagonista. Sí, luego desapareció pero el daño estaba hecho. Esta historia es una tragedia. Curiosamente Jung no descarta que dejar de reprimir la sombra para echarle luz puede ser muy peligroso. Al parecer llegó a rechazar casos de gente en apariencia muy normal, de lo más normal, pero que al empezar a evaluarlos se dió cuenta que era gente que estaba a punto de volverse loca, o como diría él, de tener un brote sicótico. Y lo que podía desencadenar eso era empezar a moverle al inconsciente así que él quedaría como el doctor que en lugar de ayudar a la gente la hizo enloquecer.  

Hay otro punto interesante de Nosferatu como metáfora de la sombra: Llega de fuera, pero en Wurzburg tenía una persona, con la que tiene una unión telepática o sea que en cierta forma estaba adentro. Y estos dos además se escribían cartas pero llenas de símbolos y letras extrañas. Uno de esos símbolos es la swástika.

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