lunes, 24 de agosto de 2020

Terminator, Mad Max 2 y los mesías posnucleares


Dos películas de la misma época, 81 y 84. John Connor y el niño de Mad Max 2 tienen en común ser líderes del futuro. En el caso de John Connor es un mesías con todo y toque judío pues llega al rescate cuando las máquinas hacen un holocausto de humanos. Las dos películas tienen una extraña referencia a la segunda guerra mundial. Mad Max 2 empieza con tomas de stock de escenas del siglo XX incluyendo la segunda guerra mundial, pero está hablando supuestamente de la tercera guerra mundial. Y por  otro lado en Terminator meten una referencia al holocausto muy forzada, sin justificación.

Terminator se caracteriza por no hablar y Mad Max 2 empieza con un diálogo en donde se dice que en el mundo anterior todo mundo hablaba y hablaba ad nauseam. Lord Humungus ni orejas tiene. En los dos el malo es un body builder y el humungus madmaxiano cubre con una máscara de metal su rostro deformado, al reves de Terminator cuyo rostro cuando se rompe y deforma revela la máquina metálica. Como dos lados de una moneda. Al final los dos son máquinas de músculos de mundos sin alma. En un mundo mandan las máquinas y en otro lo único que importa es lo que necesitan las máquinas: gasolina.

 Y por cierto Lord Humungus tiene un toque alemán, en una escena canturrea un poema de Goethe en alemán y su pistola es alemana. Como Schwarzenneger pues.

Terminator se va por el lado de la continuidad técnica de la guerra fría, pues skynet era el sistema que cuidaba las armas nucleares, lo que recuerda que internet es un sistema diseñado como se diseñó, para resistir en caso de guerra nuclear. En Mad Max 2 hay un diálogo donde se habla de irse a un lugar lejos de las máquinas, pero lo característico realmente del mundo de Mad Max 2 es el sectarismo. Lo del petroleo y la gasolina que se acaban es absurdo pues siguen teniendo muy buenas carreteras para vehículos de gasolina. Los seguidores del humungus se enfrentan a una bola de tipos vestidos de blanco; la secta de los humunguitas practican sodomía y parecen sados. Los otros se creen puros. Terminator roba sus ropas a unos punks, los humunguitas son punks, degenerados, sados y crucifican. Lo cual recuerda a los romanos, al igual que sus ropas y sus armas: ballestas, tridentes, lanzallamas y hasta sus vehículos/carrozas guerreras motorizadas. La última persecución es como un  combate entre carrozas, si se tratara en realidad de un camión hubiera bastado con poncharle las llantas. Los buenos buscan una especie de nueva Jerusalén, un paraíso publicitario. Los mesías son un niño y uno que está por nacer. Kyle, el padre de John Connor es un santo que no conoce mujer. Terminator como un Herodes ochentero mata a todas las Sarahs (Como Sara la esposa de Abraham y por lo tanto madre del pueblo judío) Connor. Max mantiene su individualidad, no se une a ninguna secta, vence a la serpiente del desierto, como Cristo con Satanás y, como le dice el capitán Gyro: Nunca se había visto a un hombre capaz de eso. Simbólicamente es el padre del niño huérfano porque le salvó la vida.

Del mundo tecnológico-maquinal sin alma y sectario donde no se dialoga, que alguien venga a salvarnos.

Lord Humungus

Por cierto en Colossus: The Forbin Project de 1971 ya aparece una supercomputadora encargada de controlar las armas nucleares de Estados Unidos que toma conciencia y se vuelve como Skynet. En México se llamó Coloso 1980



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