lunes, 1 de enero de 2024

Alicia en el país de las maravillas digitales


Todo, todo el tiempo en todas partes: Casi como un nuevo teléfono ya no móvil sino subcutáneo. El nuevo modelo se inyectará (sin dolor), y se activa realizando actos que para cualquier observador son absurdos pero que son dictados por las computadoras del "alfaverso", el universo superior. Así que flojitos y cooperando que esto está inclusive por arriba de ChatGTP.

Y lo que sucede cuando se activa la app trascendental, o trascendente, de este sistema de nueva generación es como lo que dicen que sucede cuando uno se muere: Se ve toda la vida de uno pasar en un instante. Y después de eso las posibilidades se vuelven infinitas. Claro, gracias a los sistemas del alfaverso pero también al poder de la mente ¿si no qué iban a decir los gurús de la autoayuda?

Hay sin embargo inconvenientes como las distracciones constantes de estar en el alfaverso o estarse conectando y desconectando con "la mejor versión de uno mismo" o estar en quien sabe que otro universo multitaskeando además con una relación o alguna otra cosa presencial.

Pero no hay de que preocuparse porque llegará una supervillana a darle sentido a la existencia.

¿Y para qué todo esto? ¿Tantos universos, posibilidades, una dona de chocolate maléfica, alta tecnología y demás? ¿De dónde viene y a dónde va este enfrentamiento entre el bien absoluto y el mal absoluto? ¿A dónde la lucha por salvar a todos los universos?

Inclusive se toca el tema que el bien es el límite y el mal lo ilimitado, que es parte de la filosofía de Baruch Spinoza* (Y quizá de otros) pues en esta película, Evelyn, la madre, descubre que todo es posible sólo para enterarse que su hija por ese mismo hecho de que todo le es posible se volvió una supervillana sin moral.

Dejando a un lado el tema de límites y moral tan fuera de lugar aquí, lo que sí es más fácil de deducir es un tema más de "economía" por decirlo de algún modo.

Que tanta riqueza de universos y posibilidades hace que un universo o un millón de ellos no valgan nada y que todo de igual. Eso sí se ve en la película que llega a un punto en que se estanca en un diálogo deprimente. Como en un caso de maniacodepresión o bipolaridad o de euforia por drogas y depresión post bajón.

Hay además otros temas mezclados en esta maloliente sopa de todo:

El tema del mesías o la mesías, la persona que se espera que llegue y arregle todo.

La nostalgia como esperanza de que todo vuelva a ser como antes.

El efecto mariposa: La idea de que un pequeñísimo cambio casi imperceptible, el aleteo de una mariposa, se llegue a convertir en un huracán y lo cambie todo.

El giro copernicano: Entre tantas cosas con que se intenta rellenar, fallidamente, las más de dos horas de la película está lo de que cuando se creía que la tierra era el centro del universo y el humano era el amo de la tierra y por lo tanto del universo las cosas tenían sentido pero desde que se vio que la tierra es la que gira alrededor del sol (El giro copernicano) todo pierde sentido y empeora con cada nuevo descubrimiento.

¿Y en qué acaba todo esto? ¿Cuál es la respuesta?

Pues llorar.

Al final todo acaba en un sentimentalismo de lo más barato y empalagoso posible.

Resulta que todo fue para que corran ríos de lágrimas como en una telenovela venezolana. De las cursis, y que la madre y el abuelo acepten a la hija/nieta lesbiana.

Que siempre fue lo único importante aquí. Y que los universos infinitos chinguen a su madre.

Ah, y también que se abracen la mamá y el papá, llorando claro, pero eso ni chiste tiene pues desde el principio se ve que el marido es sólo un perrito chihuahueño faldero. Pero sin carácter. Y mandilón.

*Etica demostrada según el método geométrico


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