viernes, 12 de enero de 2024

Peripecias de un cinéfilo extremo

Comúnmente cuando se habla de alguien que ha hecho mucho por el cine en un país se trata de una actriz o actor, un director o directora, o algún funcionario o empresario del cine. O algo así. Pero no de un cinéfilo.

Jorge Grajales es nuestro máximo experto en cine asiático pero el llamado “Rey del otro cine” domina muchos géneros y cinematografías.

Se puede decir que es un maestro y crítico entre otras cosas pero en el fondo, el origen de todo, es que es un cinéfilo fuera de serie, un cinéfilo extremo.

Platiqué con él con la idea de averiguar cómo alguien se puede volver famoso de tan cinéfilo. No llevaba preparadas las preguntas y que bueno porque una entrevista tradicional con un cuestionario nunca hubiera funcionado. El se puede extender mucho hablando y uno no puede ni quiere interrumpirlo pues tiene cosas muy interesantes que contar.

Así me entero que el último habitante del Hotel Virreyes, famoso por ser residencia de artistas de la ciudad, fue el cineasta punk Nick Zedd, que se negó a salir del hotel antes de su remodelación para convertirlo en un hotel fifí. Así que armó toda una campaña de resistencia con un reducido grupo de inquilinos, que implicó que Zedd tuviera que entrar y salir rapeleando por las ventanas de su habitación por no poder usar las puertas. Zedd, cineasta y artista multidisciplinario del underground neoyorkino logró llamar la atención de por lo menos algún medio de Nueva York, pero de ninguno de México, quizá, tal vez, pudiera ser, porque el hotel es de Carlos Slim.

También me entero que Jorge empezó odiando el cine oriental. Porque no le gustaban las películas de artes marciales y en ese entonces era un “cinéfilo mamador” y coincidía con los críticos que leía a los que se les hacían chafas esas películas.

Pero leyendo revistas del Tower Records de la zona rosa (Tienda que se extraña sin fin y más importante para la cultura que el conaculta) Jorge se enteró de las nuevas tendencias del cine asiático, en particular de la nueva ola de cine de Hong Kong y se propuso encontrar esas películas. Las primeras que se topó fueron dos películas de John Woo, en un tianguis de Cuautitlán Izcalli.

Cuenta que su búsqueda lo llevó a descubrir videoclubes japoneses en la Ciudad de México. El primero de ellos, un lugar prácticamente escondido adentro de una tienda de artículos japoneses de la colonia Roma. Que ni siquiera se veía estando ya adentro de la tienda. Hasta que vio a un tipo salir de una puerta y se asomó y encontró el videoclub con series y películas que sólo se habían visto en Japón.

Jorge ha traducido y subtitulado muchos de sus hallazgos, que no sólo busca en cualquier tienda o puesto de videos sino inclusive buscando a chinos o hindúes que han emigrado recientemente a la ciudad para preguntarles por ellas. Y entonces la plática se va a los avances tecnológicos en el tema del subtitulaje. Pero yo le pido que me platique de los legendarios maratones de cine extremo en el centro cultural José Martí que organizaba junto con un amigo.

El lugar, me cuenta, era realmente peligroso. Y vaya que debía serlo, la zona entre el metro Hidalgo y la alameda central no es un lugar donde uno quisiera estar a mitad de la noche hoy en día. Y en ese entonces recuerda Jorge, a fines de los noventas era todavía más peligroso, antes de las restauraciones/ remodelaciones del centro.

Ahí empezaron a hacer maratones nocturnos de cine extremo. En el José Martí ya hacían maratones nocturnos de cine pero no de cine extremo. La idea de Jorge y su amigo fue aprovechar la gran cantidad de películas poco comunes que ya tenían para hacer sesiones de “cine de medianoche” como habían empezado a hacer en algunos museos en Estados Unidos que no dejan que uno se quede dormido.

¿Qué tan extremas? Pues las películas que anunciaron en una de esas primeras ocasiones llamaron la atención de la mismísima secretaría de gobernación y recibieron llamadas telefónicas donde Jorge tuvo que explicar que no, no iban a pasar cine snuff ni escenas de canibalismo verdadero.

Esos maratones fueron tan exitosos que tuvieron que empezar a cobrar la entrada por la cantidad de gente que llegaba y que ya no cabía, cuando esos maratones antes habían sido gratuitos.

Platicamos de muchas cosas más, de las películas sobre la leyenda del Rey Mono, en la que también está inspirada Dragonball, de la historia de José Xavier Návar, el crítico de cine y música que durante años insistió en que existían versiones con desnudos de las películas del Santo, que fue tildado de mentiroso y farsante hasta que aparecieron esas películas, de los paralelismos entre el cine de Akira Kurosawa y el del Indio Fernández, de revistas mexicanas de ciencia ficción que circulaban en diskette y tantas cosas más que acabé por decirle que ya tenía material suficiente para un libro y no sólo para una nota.

De hecho ya hay un documental sobre Jorge “El Rey del otro cine” que se puede ver en youtube https://www.youtube.com/watch?v=g9_U1CoIeUo para saber más de este cinéfilo fuera de serie que tanto ha ampliado nuestros horizontes cinematográficos.

 

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