domingo, 13 de agosto de 2023

Plato de arroz mata espada

                          
  

                   


                                                        


El final de la clásica "Los siete samurais" es muy extraño. Para quienes no lo sepan esta película del 54 se trata de un pueblo de campesinos que contrata a siete samurais para que los defiendan de unos bandidos. Al final vencen a los bandidos. Pero todo acaba en que los tres samurais que terminan vivos ven las tumbas de los cuatro que murieron y Kanbei, el jefe de los samurais, el más viejo, dice que perdieron, que los que ganaron fueron los campesinos. El colmo es que Shino, la chica de la que se había enamorado uno de los samurais pasa junto a él sin hacerle caso.

Hay un cambio en el carácter de los campesinos y de los que empuñan la espada a lo largo de la historia. Al principio se supone que los campesinos son tan pobres que morirán de hambre si los vuelven a robar. Para poder ofrecerles arroz de comer a los samurais ellos deben de comer mijo, que quien sabe que sea pero se le pinta como comida de miserables. A los bandidos parece que les va mucho mejor pues escogen que pueblo saquear y pueden esperar a la cosecha antes de atacar.

Aunque desde un principio los campesinos salen en busca de samurais hambrientos que acepten defenderlos a cambio de comida, hay muchos diálogos donde se dice, o ellos mismos dicen, que no hay nada peor que ser un campesino. Inclusive hay una escena donde a uno de ellos le roban el arroz y se pone a llorar. ¿Cómo se llega entonces a ese final en donde un samurai dice que ellos perdieron y ganaron los campesinos y una chica campesina rechaza al joven y apuesto samurai enamorado?

Kikuchiyo, un campesino que se hace pasar por samurai, nos da una pista cuando descubre que los del pueblo esconden armas y armaduras que les han quitado a samurais derrotados, lo cual es un crimen según los samurais. Y también esconden a sus hijas y a las chicas guapas del pueblo. Kikuchiyo dice que los campesinos son avariciosos y mañosos, que siempre tienen muchas cosas escondidas. Y más adelante se ve que sí , los aldeamos escondían buena comida y sake. ¿Pero entonces porqué tanto llorar y decir que se iban a morir de hambre? Kikuchiyo dice que los campesinos viven preocupados, que se despiertan y se van a dormir preocupados. Puede ser eso.

También Kikuchiyo pone en la misma canasta a los samurais y a los bandidos cuando dice que ustedes (samurais y bandidos) tienen la culpa de que los aldeanos sean así de avariciosos y tramposos. Y más adelante se ve que los bandidos tampoco la pasan bien, que de hecho atacan porque están muy hambrientos, uno de ellos dice que más que los campesinos.

Y así se llega a ese final extraño, pero que recuerda otra historia, una donde un tipo pierde todo por un plato de comida. La famosa historia del "plato de lentejas" de la biblia. Esa donde el patriarca Isaac          ( hijo de Abraham) tuvo dos hijos, Esaú y Jacob. Esaú era un gran cazador que conseguía comida para toda la familia, era el favorito de su padre y como primogénito heredaría todo lo de Isaac. En cambio a Jacob se lo pone como un flojo que no salía siquiera de la casa. Pero un día Esaú regresó muy cansado de cazar y le vendió su primogenitura a Jacob por un plato de comida.

Considerando que los Siete Samurais se hizo menos de una década después de que Japón perdió la segunda guerra mundial resulta sintomático ese final en donde se dice que los mansos pero trabajadores acaban mejor que los bravos guerreros. Y  donde al más hábil de los samurais, al maestro de la espada Kyuzu, lo matan de un balazo.





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