Memorias de un Asesino o Crónica de un asesino en
serie es una película coreana de 2003 basada en una serie de casos de la vida
real. Un thriller con sentido del humor gracias principalmente al protagonista,
un detective de un pequeño pueblo a quien nadie respeta, ni los niños, y él
tampoco respeta a nadie. Así que sin problemas de respeto puede empezar la
diversión. Este policía gordinflón y tonto junto a sus colegas del pueblo y los
policías llegados de la capital tratan de encontrar a un feminicida. Como es de
esperarse el policía llegado de Seúl para tratar de arreglar lo que los del
pueblo no pueden le cae en el hígado al policía pueblerino que le dice que él
se cree del FBI por pensar mucho pero que los del FBI tienen que pensar mucho
porque Estados Unidos es un país muy grande pero que en Corea del sur eso no es
necesario.
El arma secreta de este poli, Park, que no cree en eso de pensar mucho, es que
dice que con sólo ver a un tipo sabe si es un criminal o no. Entonces a lo
largo de la película los polis van buscando pistas y pasando de un sospechoso a
otro. Como es Corea y no otro país, digamos por ejemplo... México, pues
necesitan juntar pruebas y testigos y todo eso y no pueden basarse en la
intuición del detective Park (interpretado por Kang Ho Song, el papá de
"Parásitos"), ni en lo que le dice la adivina que consulta, ni en lo
que crean los otros policías.
El problema es que van creyendo que es uno y luego otro, y con buenas razones:
Uno solía seguir a una de las chicas asesinadas, otro siempre pedía una canción
en la radio y cuando la ponían era cuando mataban a las chicas etc.
¿Qué tan común será eso de qué un tipo parezca un asesino, sin serlo? En este
caso, el caso real en el que se basó la película, a un tipo lo metieron 20 años
a la cárcel y en el 2019 descubrieron que el verdadero asesino era otro tipo
que ya estaba preso condenado a cadena perpetua por otro asesinato. Y eso que
según esto la policía coreana uso unos dos millones de días - hombre tratando
de resolver estos asesinatos.
En la película nunca encuentran al asesino, pero se dan cuenta que uno que
creían era el culpable era inocente, pero había visto uno de los asesinatos, y
podía identificar al verdadero asesino. Pero como lo habían torturado, cuando
van tras él el tipo se suicida. Al final, muchos años después (La película
sucede en 1986) el ex detective Park regresa por azar a una escena del crimen y
una niña le dice que poco antes un tipo igual que él se había asomado al mismo
hueco donde estaba uno de los cadáveres. La niña le preguntó que hacía y, el
asesino, pues eso sólo podía decirlo el asesino, le dijo que recordaba una cosa
que había hecho hacía mucho tiempo. Park le pregunta como se veía este tipo.
Ella le dice que normal, nada raro, un tipo como cualquier otro. Entonces Park
ve directamente a la cámara. Una explicación que leí dice que es como si
buscara al asesino atrás de la pantalla, como si nos viera a nosotros. El
asesino se veía como cualquiera, por lo tanto puede ser cualquiera. Puede que
seamos nosotros o alguien al lado nuestro. Esta explicación me parece
políticamente correcta: Decir que todos somos culpables y darse golpes de pecho
queda muy bien. Pero en toda la película nunca hay un elemento
"social", de que la culpa es de todos, más bien digo que se trata de
ver la mirada de Park, que supuestamente descubría a los criminales, como algo
completamente inútil, que se descubre a sí misma como un fraude, pues ni
siquiera un asesino serial tiene algo de peculiar a la vista.
sábado, 15 de febrero de 2020
La mirada errada
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