sábado, 15 de febrero de 2020

La mirada errada



Memorias de un Asesino o Crónica de un asesino en serie es una película coreana de 2003 basada en una serie de casos de la vida real. Un thriller con sentido del humor gracias principalmente al protagonista, un detective de un pequeño pueblo a quien nadie respeta, ni los niños, y él tampoco respeta a nadie. Así que sin problemas de respeto puede empezar la diversión. Este policía gordinflón y tonto junto a sus colegas del pueblo y los policías llegados de la capital tratan de encontrar a un feminicida. Como es de esperarse el policía llegado de Seúl para tratar de arreglar lo que los del pueblo no pueden le cae en el hígado al policía pueblerino que le dice que él se cree del FBI por pensar mucho pero que los del FBI tienen que pensar mucho porque Estados Unidos es un país muy grande pero que en Corea del sur eso no es necesario.

El arma secreta de este poli, Park, que no cree en eso de pensar mucho, es que dice que con sólo ver a un tipo sabe si es un criminal o no. Entonces a lo largo de la película los polis van buscando pistas y pasando de un sospechoso a otro. Como es Corea y no otro país, digamos por ejemplo... México, pues necesitan juntar pruebas y testigos y todo eso y no pueden basarse en la intuición del detective Park (interpretado por Kang Ho Song, el papá de "Parásitos"), ni en lo que le dice la adivina que consulta, ni en lo que crean los otros policías.

El problema es que van creyendo que es uno y luego otro, y con buenas razones: Uno solía seguir a una de las chicas asesinadas, otro siempre pedía una canción en la radio y cuando la ponían era cuando mataban a las chicas etc.

¿Qué tan común será eso de qué un tipo parezca un asesino, sin serlo? En este caso, el caso real en el que se basó la película, a un tipo lo metieron 20 años a la cárcel y en el 2019 descubrieron que el verdadero asesino era otro tipo que ya estaba preso condenado a cadena perpetua por otro asesinato. Y eso que según esto la policía coreana uso unos dos millones de días - hombre tratando de resolver estos asesinatos.

En la película nunca encuentran al asesino, pero se dan cuenta que uno que creían era el culpable era inocente, pero había visto uno de los asesinatos, y podía identificar al verdadero asesino. Pero como lo habían torturado, cuando van tras él el tipo se suicida. Al final, muchos años después (La película sucede en 1986) el ex detective Park regresa por azar a una escena del crimen y una niña le dice que poco antes un tipo igual que él se había asomado al mismo hueco donde estaba uno de los cadáveres. La niña le preguntó que hacía y, el asesino, pues eso sólo podía decirlo el asesino, le dijo que recordaba una cosa que había hecho hacía mucho tiempo. Park le pregunta como se veía este tipo. Ella le dice que normal, nada raro, un tipo como cualquier otro. Entonces Park ve directamente a la cámara. Una explicación que leí dice que es como si buscara al asesino atrás de la pantalla, como si nos viera a nosotros. El asesino se veía como cualquiera, por lo tanto puede ser cualquiera. Puede que seamos nosotros o alguien al lado nuestro. Esta explicación me parece políticamente correcta: Decir que todos somos culpables y darse golpes de pecho queda muy bien. Pero en toda la película nunca hay un elemento "social", de que la culpa es de todos, más bien digo que se trata de ver la mirada de Park, que supuestamente descubría a los criminales, como algo completamente inútil, que se descubre a sí misma como un fraude, pues ni siquiera un asesino serial tiene algo de peculiar a la vista.



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