viernes, 20 de diciembre de 2019

El payaso sólo quiere un poco de atención


Joker se quiere presentar como una película que critica a los ricos y al sistema, pero esta crítica en realidad es muy superficial. Los bullys a los que mata en el metro podrían no ser ricos sino de cualquier otro grupo impopular y no cambiaría gran cosa la trama. El papá es rico y malo pero la mala de verdad resulta ser la mamá. Que cerraran el servicio de la doctora con la que iba y le dejaran de dar medicinas tampoco lo afecta pues al final él decide dejar de tomar las medicinas. El tema de la enfermedad mental tampoco es tan importante: Para ser un loco es bastante equilibrado: Es un tipo que trabaja, con una clara vocación, es buen hijo y lo más que hace, por lo menos al principio, es que se ríe demasiado. El verdadero tema de Joker es la necesidad de atención. Esa es la esencia del personaje y de la historia. El drama de Arthur es que se siente invisible, nadie le hace caso, nadie lo ama. Y el colmo es que cuando lo sacan en televisión es para decirle que no es gracioso. Quiere ser visto pero sólo como él quiere ser visto. Le reprocha a la sociedad que decida que es gracioso y que no, como si eso fuera tan malo, porque él quiere ser quien decida eso y al que no se someta le va a dar un balazo.

Y de cualquier modo ¿cómo verlo si está disfrazado? ¿La sonrisa es real o es un disfraz? ¿Está triste o contento? La paradoja de disfrazarse para llamar la atención es que con un disfraz nadie nos ve. Y si los invisibles son un problema social ¿De quién es la culpa? ¿La atención es un derecho humano? ¿Hay que hacer la revolución para que se reparta la fama? ¿Se debería poder poner una demanda si nadie nos pela? ¿Y quién va a tener qué poner atención? ¿Tú? ¿Yo? Yo no, yo paso.


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