viernes, 4 de julio de 2025

Cigarros existencialistas



El Amor es más Frío que la Muerte (Rainer Werner Fassbinder 1969) nos presenta en el típico estilo de historias mínimas con actores tiesos que apenas hablan (sería equívoco decir que tienen diálogos pues generalmente hablan sin que el otro responda), a unos personajes que no expresan emociones, que están generalmente sin hacer nada, en espacios que apenas tienen muebles, y que matan sin darle importancia a eso.

Se supone que Franz (interpretado por el propio Fassbinder) ama a Joanna (La guapísima Hanna Schygulla) y quiere a su amigo Bruno pero Bruno los va a traicionar y matará a Joanna sólo que Joanna traiciona primero y Bruno es el que muere. Aquí lo único trascendente son los cigarros: Todo el tiempo están sacando cigarros, prendiéndolos, fumándolos. Al arranque de la película Franz le pega a un tipo que le pide un cigarro y como no se lo da el tipo le arruga su periódico así que Franz lo golpea. Más adelante este mismo tipo se desquita y le quita un cigarro a Franz que está tirado en el piso recién madreado y torturado. La vida y la muerte son cosas frías, son lo de menos aquí. No como los cigarros o el cine, la película tiene varias referencias cinematográficas. O la música: hay un tocadiscos que tiene su propia mesa en un cuarto donde no hay ni una silla. O como la libertad, Franz no trabaja para nadie. Por más que lo golpeen.

¿Pero el amor es más frío que la muerte? Quizá el de la traidora Joanna, pero Franz parece que la ama. Le dice puta por su traición. Y ya.


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