jueves, 13 de junio de 2024

Fan del Breakfast Club salva a su prepa de una masacre

Heathers (1988 dir. Michael Lehmann guión Daniel Waters) es una muy buena comedia negra. Destacan especialmente sus diálogos. 

Se trata de Veronica (Winona Ryder), una buena chica, que entra al grupo de las mean girls, las populares de la prepa. Que todas se llaman Heather, menos ella. La Heather número uno en especial es tan mala que está llevando a la gorda de la prepa al suicidio.

Es una verdadera fascista que piensa que el mundo sería mejor eliminando a todos los que ella considera perdedores. Verónica en cambio le dice que si no vio Breakfast Club y lo bonito que es  cuando todos son amigos.

Al igual que en la anterior película de la que escribí aquí en el blog, Buffalo 66, se hace mofa de la afición al futbol americano. Los jugadores del equipo de la escuela, obvio, son la contraparte masculina de las Heathers.

Sin embargo los y las populares no son los únicos criticados aquí. El wey que pide donaciones para los niños de Africa se clava la lana y la maestra hippy que quiere que todos se tomen de la mano y expresen sus emociones en realidad sólo quiere salir en la tele.

Y luego está el outsider, el nuevo en la escuela, que en el guión dice que debe tener un aire jamesdeanesco y se llama Jason Dean (Christian Slater) que quiere volar la escuela poniendo dinamita bajo el gimnasio mientras todos están congregados practicando los ritos mágicos para obtener la caspa de ganador, es decir las porras. Se sienten vibras premonitorias de la masacre de Columbine y todas las que han venido después que ya se volvieron costumbre.





 

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