lunes, 31 de diciembre de 2012

En el mar con un tigre


La historia de La vida de Pi no es una historia redonda y bien estructurada, pero ahí radica parte de su encanto. Es una película que plantea grandes preguntas para las que no ofrece respuestas, pero en vez de que esto parezca tramposo o descuidado parece honesto: Un occidental viaja a la India en busca de una historia pero parece que también está en una búsqueda religiosa porque va con alguien, con Pi, que le dijeron tiene una historia que lo hará creer en Dios. Por su parte Pi y su familia emprendieron, hace tiempo, el viaje contrario de Oriente a Occidente guiados por el papá racionalista. En el centro de estas historias hay otra historia, que parece una alegoría de las anteriores travesías contrarias, sobre un naúfrago perdido en el mar con un tigre. En algún momento de la película alguien dice que el tigre representa al propio naúfrago y lo que queda claro es que el naúfrago ve al mismo tiempo al tigre como su salvación y su posible destrucción. Y el tigre nunca se despide. Quizá porque la historia y el conflicto no terminan. Por algo en la última escena de la película vemos al tigre internarse en la selva, algo que hace pensar en otras historias, en algo que continúa.

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