sábado, 21 de septiembre de 2024

Camino de perdición


Factotum (Bent Hamer 2005) basada en la novela del mismo nombre de Bukowski, es una historia protagonizada por Hank Chinaski, el alter ego de Bukowski, que parece una fiel descripción de un periodo de la vida del viejo indecente que por alguna razón gustaba de llamarse a si mismo Chinaski cuando escribía sobre sí mismo.

Factotum en inglés es lo que en México llamaríamos un mil usos, que trabaja de todo. Así que vemos a Chinaski repartiendo bolsas de hielo, trabajando en una enfrascadora de pepinillos y limpiando una estatua entre otras cosas. Vemos como va perdiendo cada trabajo porque prefiere beber, o porque ha tenido una buena racha en el hipódromo.

También pierde a sus mujeres y acaba perdiendo donde vivir.

En su camino de piedra rodante va mandando cosas que escribe a editoriales que nunca le contestan. Hasta que le llega una al lugar donde vivía y que ya no pudo pagar.

Tampoco le dan trabajo ahora por no tener un lugar fijo de residencia y en una agencia de trabajos temporales lo corren por beber en la sala de espera.

En la última escena Chinaski va por la calle, es de día y se mete a un lugar que anuncia mujeres bailando en el tubo. De fondo, se escuchan palabras de Bukowski que recomiendan ir hasta el final pase lo que pase: Hasta quedar completamente solo. Ese es el premio nos dice: Quedarse solo, todo lo demás son sólo pruebas.

¿El final de qué? Del camino de la perdición es de suponerse. Que será algo diferente para cada quién.

Dice él que así estará uno solo con los dioses. Y vemos a Chinaski solo, con su cerveza, no hay nadie más. Sólo él y una mujer desnuda que se contorsiona lentamente alrededor del tubo frente a el.

La experiencia sin embargo, según lo que nos dice el viejo indecente, no es como la de cualquiera que va a un table dance pues ese antro y esa mujer sólo se encuentran al final del camino de la perdición.

No es lo mismo. 

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