martes, 28 de febrero de 2023

Lágrimas en el tanque de los cocodrilos


Tár nos presenta a una mujer que es como una típica ejecutiva sólo que es una directora de orquesta. Esta supermujer émula de Tom Brady (Brady es el GOAT y ella es la EGOT ganadora de los premios Emmy, Grammy, Oscar y Tony) tiene a una Smithers, corre gente, es supereficente, viaja en avión privado; es como la CEO de una compañía sólo que en vez de compañía es una orquesta y en vez de miembros del consejo tiene donadores. El lugar común, que no por ello es equivocado, dice que este tipo de personas son frías, sólo les importa el dinero y no dudan en pasar por encima de nadie si eso les beneficia.

Pero ella es como una CEO sólo que superculta y sobre todo con sentimientos.

Cuando da una entrevista al principio pensé que de lo que se trataba era de presentar a una persona falsa. Y que Cate Blanchett lo hacía muy bien. Ya después me di cuenta que no, que se trataba de simpatizar con su personaje. Sólo que el argumento de que ella es una persona sensible y que todo lo que hace es porque la música se trata de los sentimientos no lo acepto. Sus lágrimas se me hacen de cocodrilo, como le decimos a las lágrimas falsas en México. ¿Porque? Pues porque no les reconozco ninguna superioridad a quienes se dedican a la música clásica. O "de concierto" o "culta" como también le dicen. Porque como un músico una vez me dijo, para él los sinfónicos o filarmónicos eran los burócratas de la música. 

Y digo yo que para superiores los Pixies.

Recuerdo al director de una orquesta mexicana al que le preguntaron cuando se retiró del puesto cual era la situación de la orquesta, a dónde iba la sinfónica, cuales eran los retos y el tipo contestó que su gran reto era que su sala tenía problemas de estacionamiento.

Esa parte burocrática - política sale bien reflejada en esta película de hecho. Me llama la atención el personaje de la asistente personal. Supuse al principio que era sólo una asistente administrativa pero no. Era una aspirante a directora de orquesta. ¿O sea qué para dirigir una orquesta el camino es prepararle el café y estar de sirviente o sirvienta de un o una directora? ¿Así fue como Lydia Tár aprendió de Leonard Bernstein?

Y también me la creo cuando Tár dice que separar lo que es aceptable o no en términos de corrección política es la esencia de muchas sinfónicas hoy en día. Lo creo porque es lo que sucede en la cultura actualmente.

Entonces sí me creo esa parte de la burocracia y la lucha por el poder pero no lo de que para dirigir a Mahler hay que saber como era la relación de Mahler con su esposa ni tener una filosofía profundísima.

Tampoco digo que la música clásica tenga algo malo o que no tenga sus sinceros amantes. Pero eso de que una persona sea toda una tiburona en el tanque de las orquestas, fundaciones, conservatorios y hasta en los grandes premios del espectáculo y los medios pero se conmueva hasta las lágrimas porque la música se trata de los sentimientos nomás no se me hace verosímil.

Me llama la atención que al final ella se larga a las Filipinas y deja a su hija en Alemania. ¿Pues no que tan sensible? Ah pero eso sí, cuando descubre algo que parece un servicio de prostitución disfrazado de masajes en donde hay que escoger a la masajista en una "pecera" ella vomita asqueada. Pobrecita ella tan sensible pero al mismo tiempo sutilmente se la compara con un cocodrilo, porque es muy fuerte y con la piel muy gruesa y puede irse al fin del mundo a empezar de nuevo desde abajo y se adaptará, como se adaptan los cocodrilos de la selva.

Al final todo acaba en una historia de superación personal, de esfuérzate y échale ganas. Y sé como la CEO.

    

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