viernes, 19 de marzo de 2021

Un travesti en el camino a Damasco

 


Empieza bien la película, una historia de crimen compleja, realista, con personajes interesantes. Pero acaba mal. Y es que parece que en el camino a Damasco se estrellaron con la corrección política que como un iceberg hundió la historia. El principal problema es que el personaje principal, que yo al principio le veía pinta de estudiante universitario, resulta que trabajaba de golpeador en la cárcel. A donde lo metieron por golpear niños!!! Quién se lo hubiera imaginado, el tipo que oye música clásica, que al principio en una escena sale llorando a moco tendido en una lavandería porque no ha pagado la renta o algo así. No, ese tipo parece que no podría dar clases de primaria sin que le hicieran bullying. No la hace de golpeador y azote de presos. 

¿Qué pasó aquí? Parece que la idea era presentar a un tipo malo que por su amor a un travestí/transexual se vuelve bueno. Se convierte al bien, como San Pablo que en el camino a Damasco se encuentra a un ángel y se vuelve bueno, porque era muy malo. ¿Y quienes son los buenos? Los amig@s del travesti. O el negro aunque sea mafioso porque es huérfano y ama a su tía y bueno... es negro. El pedófilo porque está en terapia y sólo es una víctima de su patriarcal, trumpista y racista padre. El jefe criminal porque es un tipo elegante que desprecia al verdadero macho, al bro encarnación de todo lo malo. Y a ese tipo parece que lo metieron nada más por hacer contraste porque ni siquiera tiene un papel relevante en la historia. Podría no haber existido y la historia realmente no sería distinta. O sea a mi también me cagan los trumpianos racistas y no veo nada de malo en que para dar a entender que cierto tipo es un gusano le pongan su cachucha de "Make America Great Again". Pero tampoco hay que exgerar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario