lunes, 7 de septiembre de 2020

Sombras Jungianas Adolescentes Mutantes


















































Los Nuevos Mutantes queda perfecta como una historia de la sombra jungiana. Sólo hay que quitar esa parte al principio donde se cuenta esa conocida historia, supuestamente de nativos americanos, acerca de los dos osos (originalmente lobos), el bueno y el malo que viven adentro de cada quien. Porque según las ideas de Jung, lo que hay que hacer con el oso malo, que viene siendo la sombra, no es dejar de alimentarlo, sino conocerlo o iluminarlo. De cualquier modo en la película esta idea de dejar de alimentar al lado malo no aparece y si en cambio al final se le domina por las buenas, que es lo que Jung aconsejaría. Hasta se ilumina literalmente al oso malo.

La chica escocesa Rahne también tiene un problema de sombra pues no acepta que es una bruja, los mutantes hombres tienen miedo de su poder que puede ser muy destructivo. En el caso de Roberto específicamente tiene miedo de su sexualidad y sigue virgen. La güera aparentemente es muy segura de si misma pero es infantiloide, todo el tiempo con su peluche. Y tiene sus demonios en el closet. Viven encerrados en un lugar que no saben si los protege o los oprime. Es como el tema tan común que viene desde ¿The Matrix? de dudar de la realidad del mundo. Lo que he llamado Recuerdos fantasmagóricos al final de la historia. En este caso Danny descubre el malévolo plan atrás de todo y al mismo tiempo descubre cuál es su poder, que es también su lado destructivo y por lo tanto sería su sombra jungiana. Después de eso escapar del poder externo ni chiste tiene. Como si el exterior fuera sólo una metáfora de lo interior. Y como diría Jung, cuando las cosas que están en la sombra salen a la luz pierden su poder.





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