domingo, 24 de septiembre de 2023

El cronómetro y la mujer fatal


The Killing, el tercer largometraje de Stanley Kubrick podría casi ser un documental dramatizado sobre "Como asaltar un hipódromo". Como si se tratara de abrir una caja fuerte, vemos a un profesional que arma un equipo con un policía corrupto, empleados del hipódromo, alguien que paga los gastos del robo, contactos del mundo criminal, un francotirador etc. Todo está planeado hasta el último detalle y la operación está cronometrada al minuto y así se narra la historia según cosas que van pasando de las que se da la hora y el minuto exacto. ¿Qué podría salir mal? Aquello que se subestima, una mujer. El líder de la banda le dice que en vez de corazón tiene un signo de dólares y sin embargo no sabe de lo que es capaz.

Y aunque él se salva la primera vez de esta mujer infiel y ambiciosa, al final otra mujer distraída con un  perro-accesorio se encargará de echar todo a perder. Como el detalle minúsculo y de apariencia inofensiva. Como la mala suerte que hecha a perder el crimen perfecto, la obra maestra del artistas del robo. De hecho hay un diálogo en la película donde un viejo criminal dice que los delincuentes y los artistas son los verdaderos individualistas de la sociedad y por eso son admirados y atacados a la vez.

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