miércoles, 18 de marzo de 2020

El inquilino en la cabeza


En "El Inquilino" o "El Quimérico Inquilino" se trata, de modo bastante explícito según yo, el tema de la identidad personal y los problemas que provoca una identidad inestable. Trelkovsky, el personaje principal, se pregunta en una escena que parte de su cuerpo es él o qué derecho tiene la cabeza de hacerse llamar él. También le dicen que por ser extranjero las autoridades creerán cualquier cosa de la que se le acuse. Una mujer altanera le dice que conoce muy bien a la gentuza como él. 

Y Trelkovsky acaba por no saber quién es él, de hecho acaba por no ser él. ¿Es él o ella para empezar? Una cosa interesante son los pequeños detalles que le resultan insoportables. Antes de enloquecer dice que las relaciones entre vecinos suelen ser complicadas y pequeñas cosas se vuelven grandes problemas. Y a él más adelante le resultará insoportable que le den o le quieran dar otra marca de cigarros, como si eso pusiera en riesgo su identidad, o si siempre le quieren servir chocolate. Como si así lo fueran a convertir en otro u otra. 

Sospecha de todos. 

Y cómo no si hasta unos ladrones entran al departamento al que se acaba de mudar y se roban sus cosas pero no las de la mujer que vivía ahí antes. El departamento, como los lugares y espacios en los sueños funciona como imagen de algo interno. En este caso llega a vivir una vida ajena. Donde ni siquiera puede hablar o hacer ruido: Ser él. 

Y sí, la gente se emputa por pequeños detalles cuando estos delatan que no la vemos como ellos se ven, el conflicto interno se traslada a los demás.




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