viernes, 19 de febrero de 2021

Locked Down: Escapismo pandémico


Esta imagen de Locked Down, película donde los personajes están en Londres, en cuarentena, es de una escena en un elevador donde juegan a que mientras estén ahí, tienen que responder a cualquier pregunta. Lo que recuerda que el encierro hace que afloren las verdades. Pero la película no se va por ahí, al contrario, es una fantasía escapista para pasar dos horas en compañía de una pareja ideal. Para empezar se supone que ya tronaron y sólo siguen juntos porque les cayó la cuarentena pero en realidad se llevan perfecto. O sea drama pero sin problemas. El es un tipo duro, ex drogadicto, ex preso, porque casi mata a un hombre a golpes, con contactos importantes en el bajo mundo. Y a ella le gustan los bandidos. Pero ahora es bueno, sensible, ama la poesía y cocinar pan y es un gran conversador porque eso sí, en Locked Down se nota la mano de un escritor profesional, solvente, bueno para los diálogos. Y hay una historia compleja y sofisticada, aunque poco creíble, acerca de un robo.

Ella es una ejecutiva, la nombran directora de su compañía, pero también es sensible, odia correr gente, no se adapta al sistema, quiere dedicarse a pintar. Sí ajá, el/la típic@ ejecutiv@ sensible, como no. No le encuentran sentido a su vida pero ella se va a poner a pintar, cosa que por lo que se ve nunca ha hecho. Ni su pareja sabía que ella era una pintora queriendo salir del clóset. ¿El qué quiere? Pasar de ser un chofer a atender al público en su trabajo (¿Neta? piénsalo bien bro, eso no parece el camino de la felicidad... ) Cometer un robo que no afectará a nadie, atender clientes y ponerse a pintar y crisis existencial resuelta. Ahí es donde se nota que este guión se hizo a las carreras, al parecer a partir de una apuesta que hizo Steve Knight, el guionista. Y luego eso de que son rebeldes y están contra el sistema... no se como vivan los choferes en Londres pero muchos choferes matarían por tener el nivel de vida del chofer Paxton.  Uy si maldito sistema pero vámonos a Harrods y como tenemos un trabajo que hacer ahí aprovechamos para pasar a la sección de comida y tomar cosas que normalmente costarían 5000 libras esterlinas. Gratis. Muchos se identificarán con los personajes: Encierro, crisis existencial, crisis de pareja, recaer en vicios, pero en Locked Down todo se arregla fácilmente, porque en realidad no se tomó nada de eso en serio desde un principio. El sabor de boca que deja sin embargo no es como el que imagino después de hacer un picnic en Harrods, sino como si uno hubiera comido en un plato muy elegante con cubiertos finos un pedazo de tofu muy bien presentado. O sea, no sabe a nada. 

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