viernes, 31 de mayo de 2013

Confórmate y come galletas


Stranger than Fiction es una película que trata de ocultar en una narración compleja una historia que en realidad es sumamente tonta. Detrás de la escritora con un bloqueo, el tipo que descubre que es sólo un personaje de una novela, y que va a morir, y la profunda sabiduría del profesor Hibert sólo hay la muy de moda historia del tipo aburrido, rutinario y rígido que cononoce a una chica un poco loca que le rompe el esquema. Pero ni siquiera es una buena historia de ese tipo. O sea el personaje principal es un obsesivo del reloj y trabaja en la oficina de recaudación de impuestos, o sea es un esclavo del sistema y la chica loca es una rebelde. Sólo que su rebeldía es ridícula: Ella entro a estudiar derecho a Harvard, ese foco de insurrección (sic). Pero ahí se dió cuenta que lo suyo lo suyo era hacer galletas, así que dejó Harvard y puso una galletería, porque así es como ella combate al sistema. O sea, ahora resulta que Mrs Fields es más peligrosa que Carlos Marx. Y además ella no paga completos sus impuestos, aunque al final nos enteramos que lo que pasa es que no había deducido las galletas que regala, así que no era siquiera una evasora de verdad. Los otros dos personajes que acompañan a la pareja principal también nos dan una idea de la mentalidad cerrada de los creadores de esta película: Karl Eiffel es una novelista que trabaja en una oficina en un moderno edificio, o sea no hay que hacerle creer al público que hay gente que no va a una oficina a trabajar. Y el profesor Hibert tiene un panorama tan completo y esquemático de la literatura que después de unas cuantas preguntas puede saber que escritores pueden ser los autores de una determinada historia. Así que ya saben: No hay nada nuevo bajo el sol y todo mundo a pagar sus impuestos y comer galletas.

viernes, 24 de mayo de 2013

Guía del Viajero Intergaláctico Tatcheriano



Es una película que presenta no un país, no un planeta, sino toda una galaxia dominada por la peor de todas las burocracias: La de los vogones, unos Godínez (Mexicanismo para designar oficinistas) del espacio dispuestos a acabar con cualquier forma de vida inteligente en base a exigir original y tres copias de todo. Nada más de verlos a los vogones se les nota en la mirada de vaca muerta, las carnes gruesas y la forma lenta, ceremoniosa y desesperante de hablar que son creaturas de oficina a las que nunca les da el sol. Y ni siquiera el Presidente de la Galaxia puede contra ellos pues este es sólo un tipo narcicista con una buena sonrisa y una gran cabellera que es tan superficial que firmó la autorización para destruir la tierra creyendo que le estaban pidiendo un autógrafo. Burocracia maligna, políticos inútiles y lo único que funciona es una empresa privada capaz hasta de reconstruir planetas.

Con esa trama resulta significativo que la primera versión de la Hitchhikers Guide to the Galaxy haya aparecido por primera vez como una serie de radio, y paradójicamente, en una estación de la gubernamental BBC, en 1978. Justo un año antes del arribo de Margaret Tatcher al poder. El creador de esta franquicia, Douglas Adams, también estuvo encargado del guión para la película, aunque como se murió antes de que se filmara, hubo otro guionista que le hecho mano a la historia. Pero el tema de la burocracia era sin duda muy importante para Adams. Es uno de los dos únicos guionistas no pertenecientes al grupo de los Monthy Phyton que tiene créditos como guionista en esa famosa serie de TV, y el primero de esos créditos es por un sketch acerca de un doctor que le pide a sus pacientes que contesten formularios con preguntas absurdas mientras se desangran.

lunes, 20 de mayo de 2013

El número de la burocrática bestia


Numbers Station es una película de espionaje que me parece sólo nos puede gustar a los que nos gustan las películas de espionaje aunque sean malas. En Numbers Station el conflicto central es el mismo que puede tener cualquiera que trabaje en una organización burocrática pública, o privada, nada más que llevada al extremo. Es decir, el personaje principal, que no es un número sino una letra, R, tiene una vida completamente vacía. Es sólo una letra y no sabe para que hace lo que hace. Pero todo lo que hace está controlado por unos números fríos. Si la cifra es correcta tendrá que matar a alguien por ejemplo. No debe permitir que sus sentimientos interfieran para nada. Y no se imagina haciendo otra cosa. La película transcurre en un búnker tan frío e impersonal que de hecho complica seguir la trama pues todo se ve igual. No importan quienes son los malos o porque hacen lo que hacen, simplemente son los otros. Y de hecho tampoco importa que alguien sea de los nuestros, igual puede ser que haya que eliminarlos a ellos o a algún "cabo suelto" que estuvo en el lugar equivocado a la hora equivocada. Esta película me recordó mucho a El Precio de la Codicia.

domingo, 19 de mayo de 2013

Zombie storytelling


Mi Novio es un Zombie empieza con un muy buen monólogo en off, los pensamientos de un zombie mientras camina por el antiguo aeropuerto en donde viven puros zombies. Aquí todo entra dentro de lo que ya parece todo un género que crítica a la actualidad o modernidad como algo fantasmal, o en este caso, muerto viviente. Al igual que en Oblivion sobre todo, hay una nostalgia por el pasado predigital, y los recuerdos de los tiempos felices preapocalipsis zombie cuando todos estábamos vivos se presentan en viejos formatos. Además se relaciona "caminar como zombie" con que todo mundo camine embobado con sus gadgets. Por alguna razón las canciones de los ochentas me hicieron pensar "otra película con los 80´s como la época dorada y perdida". Aunque realmente no se porque pues si no mal recuerdo en otras películas apocalípticas con nostagia del vinil como "Buscando un amigo para el fin del mundo" y Oblivion los discos que salen no son ochenteros. En Oblivion creo que sí se ven algunos pero siento que es algo que quizá he captado de otras películas.

Y lo de situar el mundo zombie en un aeropuerto me parecíó una gran idea, porque si se trata de criticar la actualidad, lo de hoy son espacios como aeropuertos o centros comerciales, no las calles. Total que  parece que la idea original de la película era interesante: algo así como una versión contemporánea de la bella y la bestia, pero con un zombie haciéndole de bestia. Además del buen monólogo con que inicia la película, también la parte visual se ve prometedora, inclusive diría yo que la actuación del zombie promete. Desafortunadamente no tarda todo en irse al diablo cuando la película cae en una génerica y aburrida "monster story", que ni siquiera es de zombies, sino de los "boonies", o como se llamen, lo que prueba según yo que se traiciona la idea original. Ah y en una historia "diamorrr" muy cursi. En este blog he escrito varias veces que no hay películas de amor. ¡Pero así no! Esto es patético.

Iba a poner que como historia de mounstruos, esta es genérica intercambiable por insabora e indiferente pero la verdad es que no es intercambiable: Es muy mala. Me da la sensación que había una buena idea original y que el guionista entonces agarró algún manual para hacer guiones y hecho todo a perder. Y pienso en un manual porque la película pierde todo rastro imaginativo y pasa a ser una burda mezcla de lugares comunes. Tanto así que la comunidad postapocalíptica armada hasta los dientes usa balas contra los zombies. ¡Ah sí, es que debe haber balazos! Aunque eso no sirva contra zombies.

Y ya para acabar, ¿Han notado en cuántas películas recientes sale una hija con padre sobreprotector? Los Croods, Valiente, Hotel Transylvania, Hanna, Bienvenido a los 40, Pérdida de la Inocencia... Por algo será.

lunes, 13 de mayo de 2013

Paranoia dentro de la limusine blindada



Cosmópolis tiene todos los ingredientes para entrar en la categoría "Recuerdos fantasmagóricos al final de la historia". Lo fantasmal se lo dan esos diálogos tan extraños, a veces incoherentes. Todos los personajes hablan con un estilo literario irreal que establece una distancia entre el propio personaje y su realidad; o sea hablan de lo que les pasa como si le pasara a otro. La historia misma es apocalíptica: como dice la "vendedora de teoría" puede que todo cambie ese mismo día, o como dice uno de los posters de la película "Cuando él muriera no moriría él. El mundo moriría". Además también, en cierta forma, tiene el elemento de la búsqueda de un recuerdo, de una época más simple y concreta, pues una gran parte de la historia es esta especie de odisea a través de Manhattan buscando una peluquería, que sólo al final nos enteramos que era la peluquería de la infancia de Eric Packer.


De hecho la frase "Un espectro recorre el mundo", que como expliqué en este post, da origen al genero musical del "fantasmismo" o "Hauntology" aparece afuera de la limousine de Packer en un gran tablero de LED´s de esos en donde pasan textos con noticias.

domingo, 5 de mayo de 2013

This is 40


¿Porqué me gustó Bienvenido a los 40? No es mi tipo de película. El colmo es que acaba con una escena con Ryan Adams que no me gusta nada. ¿Nada más porque sale Megan Fox? Creo que no, me gusta el estilo abierto de Judd Apatow, esa cosa como de voy a dejarte entrar a que veas mi familia. Apatow a dicho que la película está basada en su vida personal y además salen su esposa y sus hijas interpretando a la esposa y las hijas de la película. También muestra apertura en sus personajes, a nadie se le hace el feo aquí: Lo mismo pueden entrar a la fiesta y al negocio una prostituta o a una mujer fea que ni coje; un papá mantenido o uno abandonador. O una estrella olvidada del rock, que es en la vida real una estrella olvidada del rock. Más allá de las escenas de plano de proctólogo parece que el director de verdad nos está dejando asomarnos a la vida íntima de ciertos personajes.

Claro que también se nota que Apatow tiene una política muy abierta en cuanto al guión y la edición. Una buena parte de la película se hubiera quedado en la sala de edición con cualquier otro. Y se nota que no es muy exigente tampoco con las ideas que se le ocurren para la historia. Ni con los chistes por cierto. Una película a la que se puede acusar de dispareja e informe, pero no tiene caso pues se nota que la idea de Apatow es precisamente no buscar algo demasiado perfecto, no filtrar mucho. En la película al personaje de Leslie Mann se le ocurre en un momento dado mejorar la alimentación de su familia, poner horarios para conectarse a internet y una serie de cosas así. Y al final llegan a la conclusión de que estaban mejor antes de intentar tantas "mejoras".

Una cosa interesante de este director es que se nota que deja improvisar a los actores y luego ya escoge lo que le gusta para la película. Debido a eso hay muchas escenas, y bloopers, en youtube de cosas que no salieron en la película. Como esta:

miércoles, 1 de mayo de 2013

Bajo los suburbios


En Frankenweenie Tim Burton retoma, entre otros mitos cinematográficos, el del pueblo o lugar construido sobre un cementerio indio o tierra sagrada india. Este es un mito que según tengo entendido viene de películas como poltergeist y muchas otras, sobre todo de terror. También se supone que hay algo de esto en El Resplandor de Kubrick. Esto de estar sobre tierra sagrada, tomada a la fuerza despojando a los indios, provoca que en alguna aparentemente muy tranquila población sucedan hechos extraños y terroríficos. En el caso de Nueva Holanda, el típico suburbio americano en donde tiene lugar Frankenweenie, al mito de que se encuentra sobre un cementerio indio, se le agrega un cementerio de mineros muertos o una mina de oro llena de mineros muertos. Da lo mismo, el caso es que el lugar fue hecho gracias a la explotación y despojo de las almas enterradas abajo. Y curiosamente esta maldición se manifiesta en forma de muchos rayos que matan gente. O sea de la energía, y el símbolo de Nueva Holanda también tiene que ver con la energía pues se trata de un molino de viento sobre una colina. Como es de suponerse este símbolo deberá arder entre las llamas antes de que pueda triunfar el bien.

Y el mal no sólo está enterrado en las entrañas de este fraccionamiento, también está por encima de él pues el alcalde de Nueva Holanda es un tipo de esos que salen con antorchas a quemar brujar o inmigrantes ilegales; o perros como Sparky. También es un tipo obscurantista seguramente puritano y muy religioso que hecha al profesor de ciencia de la escuela primaria de Nueva Holanda. Y hace cantar a su sobrina el himno de Nueva Holanda y de sus casas que se pueden adquirir con bajas tasas hipotecarias. Por suerte para los habitantes de este lugar la cuenta de su riqueza y de sus fuentes de energía malhabidas les llegará en forma de una tortuga estilo godzilla, seamonkeys de agua dulce que mueren al hecharles sal, un gato-vampiro y otras cosas así y no de chicos suburbanos desquiciados armados con bombas o metralletas. No digo que las víctimas de atentados tengan la culpa de nada, conste. Desprecio totalmente a la gente que mata nomás por matar. Sólo digo que el equivalente en el mundo real, en los suburbios de verdad, de los monstruos, fantasmas y demás agentes del terror del cine son los ataques de los loquitos, y entre los loquitos van incluidos todos los terroristas.