miércoles, 25 de enero de 2012

La película que se equivocó de casa: Dream House


Es muy curioso que hayan salido casi al mismo tiempo dos películas que recuerdan tanto a dos clásicas de Jack Nicholson: Primero The Ward, ya reseñada en el post de abajo, y la todavía más fallida Dream House a la que sólo faltó que la promovieran como el regreso de las gemelas de El Resplandor. Basta con ver el poster de la película y el trailer en el que al final hasta le agregan una escena, inexistente en la película, en que las gemelas se funden con la pared. Parece que hasta el tapiz de la pared lo copiaron. Y en México le pusieron Detrás de las Paredes.

Nada más que en esta película no hay nada terrorífico detrás de las paredes ni detrás de nada. He ahí una razón de su fracaso, se vende como una película de terror, parece ser una película de terror más o menos durante la primera mitad y luego resulta que no es de terror sino que es un thriller sicológico, nada más que para cuando nos enteramos que de lo que se trata es de descubrir quién es el asesino ya es demasiado tarde y al final no se desarrolla bien ni una ni otra cosa. Además al igual que en The Ward, resulta que el personaje sufre de trastornos de personalidad múltiple por lo que el espectador debe entender que todo lo que ha visto ha sido sólo una alucinación del personaje principal. 

Otras cosas en la que esta película se asemeja a El Resplandor es que el personaje principal es un escritor que aparentemente es un buen padre y esposo, y en que el inquilino anterior del lugar a donde va a escribir un libro había matado a su familia. También, en ambas películas resulta que el recién llegado escritor en realidad ya había vivido ahí antes, como lo señala la escena final de El Resplandor que muestra una foto antigua del hotel en donde Jack Nicholson / Jack Torrance está en una fiesta. Sólo que mientras que esa película es un clásico del cine, esta es un bodrio, al grado de que el director de Dream House pidió que su nombre no apareciera en los créditos pues se peleo con los productores, que le hicieron tantos cambios, que no la quería reconocer como suya, y él y los actores se negaron a promocionar la película que además no fue presentada primero a los críticos como se acostumbra.

Una diferencia con El Resplandor es que mientras en esa el padre enloquece y trata de matar a su familia y se ha demostrado que Kubrick mete elementos para evocar las matanzas de indios y los sentimientos de culpa relacionados con eso ( y también se ha  propuesto que refleja el interés de Kubrick en el holocausto judío) la historia de Dream House por el contrario, además de carecer de las interminables sutilezas y hasta misterios-que-se-siguen-debatiendo de El Resplandor, es una historia en la que las culpas se limpian: El papá sí es bueno y no mató a su familia. Por eso no es de extrañar que no haya nada misterioso, ni terrorífico ni interesante en las paredes ni en ninguna parte de esa "casa de ensueño". Curiosamente al igual que los personajes de la película parece que los realizadores de la misma se equivocaron de casa. La buena era la de enfrente: En la trama es clave la confusión con la casa de enfrente y sus habitantes: La masacre que provoca todo debía haber sido en la casa de enfrente sólo que el asesino se equivocó y, si no me equivoco también hay un par de escenas (antes de que el personaje principal se instale en la casa) en que hay confusiones con la dirección de las casas. Además él y el verdadero asesino luchan cuerpo a cuerpo y la esposa se confunde y le da un balazo al personaje equivocado. De hecho las escenas en las que Peter Ward/Will Atenton interactúa con la vecina interpretada por Naomi Watts a mi me hicieron pensar que algo iba a suceder entre ellos, sobre todo cuando ella y su hija lo reciben amorosamente y hasta le prestan su tina para que se bañe. En esa familia el ex-esposo y papá es un villano, pero es un personaje muy verosímil: enfrentado legalmente con su ex-esposa por la custodia de su hija y peleando por la casa y por dinero. Bueno... pero al menos él sí parece real, no como el otro:  Tan bueno que es, pero que resulta pésimo personaje.

Esa perra del mal en el espejo: The Ward


Aquí no hay mucho que criticarle a la historia: Cómo resulta al final que todo es la alucinación de una joven con trastorno de personalidad múltiple, al parecer eso justifica todas las incoherencias de la trama. Lo que se le crítica a esta película del viejo artífice del terror John Carpenter es que  uno sale del cine más con una sensación de deja vú que de miedo. Al final la historia termina siendo únicamente un  instrumento para darle jump scares al público. Sin embargo queda claro que en la trama de la historia se pretendía al menos usar otros dos mecanismos para crear miedo: El primero sería el temor a la siquiatría. Desde la escena inicial de créditos se presentan imágenes como de torturas medievales y luego, enlazados, lo que parecen instrumentos antiguos de psiquiatría. Supongo que esa sería una de las razones para ambientar la película en 1966, al fin y al cabo la película clásica antisiquiatríca, Atrapado sin Salida, (hasta la enfermera parece trasplantada de esa película) también sucede en los sesentas, y son bien conocidos los excesos de la psiquiatría en esos tiempos. Y claro, además así se pueden usar máquinas de electroshocks.



Pero ¿que no hay nada nuevo de que espantarse? De hecho, el ubicar la historia en los sesentas ya provoca una cierta distancia, al fin y al cabo, ese tiempo ya pasó. Aún así creo que algunas de las mejores escenas de la película tienen que ver si no específicamente con la siquiatría sí con el temor que nos pueden causar los hospitales y tantas cosas en ellos. En especial me gustó esa escena donde una chava despierta atada en una silla de ruedas y "algo" la va empujando. El otro mecanismo de la historia es más sutil, pero aún así creo que el vidrio rompiéndose en la secuencia inicial de créditos y el final, cuando la asesina sale del espejo sobre el lavabo del baño indican que también fue un efecto planeado: el temor a ese o esa extraña que a veces se aparece en el espejo, y que no es otro sino nosotros mismos. Obvio que como la protagonista tiene trastorno de personalidad múltiple esto se lleva hasta el extremo. Desafortunadamente como los personajes secundarios en esta película están muy mal desarrollados este mecanismo apenas como que queda esbozado. A las otras internas del hospital, que al final resultan ser las otras personalidades de la protagonista, y también al personal del mismo, se les podría haber sacado más jugo. En especial ese personaje atrapado en la infancia es patéticamente malo. Está bien que hayan llenado la pantalla de viejas buenas pero podrían haber presentado, creo que fácilmente, personajes más interesantes y creíbles. Al final el doctor le dice a la protagonista cuál es su verdadera personalidad, pero eso no sirve de nada, ahora la personalidad falsa, que era buena, tomará el papel de mala y el terror continuará. Casi como una moraleja: Sí un doctor te tiene que decir quien eres tú realmente, el problema no va a acabar. O también: no dejes que cualquiera empuje tu silla de ruedas, no vaya a ser que acabes como una de las...

lunes, 23 de enero de 2012

Big Godínez is watching you: J. Edgar




Independientemente de lo fiel que está película sea a la verdadera historia de Edgar Hoover, que al parecer no es mucho, el resultado en pantalla resulta el retrato del burócrata perfecto. El personaje interpretado por Leonardo DiCaprio es lo más parecido al Godínez o Gutierritos, como les decimos en México a los típicos oficinistas,  ideal. Para empezar, Hoover llegó rápidamente al escritorio de jefe y se quedó ahí nada menos que 48 años. Ya nomás ese dato serviría para ubicar a Hoover como un auténtico Uberburócrata. Los chantajes, intrigas y el espionaje que vemos en esta película no son en esencia diferentes de los que pueden suceder en cualquier oficina en cualquier lugar, lo único que cambia es la magnitud. En este caso Hoover chantajeaba nada menos que a los Presidentes de Estados Unidos y disponía de medios más sofisticados que el intrigante burocrático común, pero el juego es el mismo. Inclusive la homosexualidad del personaje puede verse como otra característica que lo ubica como el burócrata ideal: como es sabido hay lugares que valoran positivamente la homosexualidad al contratar personal ya que a falta de una esposa e hijos los gays pueden entregarse más plenamente a su compañía u organización. De hecho en la propia película Hoover escoge a su secretaria personal cuando esta le dice que no planea casarse sino dedicarse por completo al trabajo. Y en la escena en que está revisando las solicitudes de los aspirantes a agentes, cuando rechaza a uno de los solicitantes, la secretaria le pregunta si es porque este tiene familia en Nueva York, dando a entender que si no por el hecho mismo de tener familia al menos el hecho de tenerla en otra ciudad aunque fuera cercana sí era un factor negativo en la valoración de los aspirantes. A Hoover le fueron leales durante décadas sus colaboradores más cercanos, al menos vemos en la película que ese fue el caso de Tomlinson su amante – director adjunto y su secretaria, que le fue leal hasta después de muerto, lo que hace pensar que Hoover era leal y también sabemos que era obsesivo y paranoico. En la película apenas vemos alguna mención de su obsesividad; hay una escena en que se ve que le molesta saludar dando la mano, al parecer esto lo detestaba y corría a lavarse de inmediato y también vemos muestras de este carácter metódico con el que organizó el catálogo del congreso de Estados Unidos y su deseo de hacer un catálogo similar pero para guardar información sobre todos los estadounidenses. Lo de su paranoia es otra característica conocida de Hoover que en la película apenas queda esbozada en su preocupación con cualquiera que pudiera alterar el orden. Lealtad, método, aunque sea obsesivo y paranoia, siempre útil para mantenerse alerta: Cualidades muy útiles en un medio burocrático.



Hoover, para fortalecer políticamente a su agencia, promovió películas que presentaran a sus agentes como héroes y hasta historietas donde él, que no era un hombre de acción, enfrentaba directamente a los malhechores. En esto, así como en su deseo de contratar puros graduados universitarios parece ser inspiración de nuestro mexicano Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, de quién también se rumora se sirve del chantaje y el espionaje para sus fines políticos.  Esto es llevar la lucha por el presupuesto y el poder burócrático, en lo que a cualquier burócrata digno de tal nombre le va la vida, al máximo nivel.
Suponemos que nunca jamás alguien le llamó la atención a Hoover por no cumplir los requisitos de la “excelente presentación” burocrática, y él tampoco se preocupaba de no invadir los terrenos de lo personal en que respecta a la presentación y estado físico de sus subordinados, al grado de que vemos que corre a un viejo rival, ya siendo su jefe, por usar bigote, lo cual le desagradaba. Esto sin duda será el sueño húmedo de muchos Gutierritos: “Ah cuando yo sea jefe correré a fulano y sutano con cualquier pretexto”. Si hay políticos tan de tiempo completo y tan hábiles que se les dice animales políticos en Hoover tenemos al animal burocrático por excelencia, nadie como él para aferrarse a un puesto, acabar con los rivales de la oficina, agandallar más espacio para su departamento y torcer las reglas.

Sin embargo el burócrata aunque de director del FBI se vista burócrata se queda. En la película se vislumbra una vida monótona, más bien aburrida. Una gran parte transcurre en oficinas, y de hecho, en la misma oficina. Lo vemos hacerse viejo y ver pasar a los Presidentes desde el mismo balcón. Para colorear esta grisura la película se sirve de las mismas escenas fantasiosas de las que el Hoover real se sirvió, escenas de Hoover haciendo personalmente detenciones que sólo existieron en su imaginación y en la propaganda del FBI. Y por alguna razón, la única que se me ocurre es que probablemente el director, Clint Eastwood, quería darle a la película una atmósfera como de cine negro, J Edgar es una película fotografiada como en un tono muy gris, con colores como deslavados.

De forma paradójica, o quizá sintomática, el gran enemigo de Hoover fue una ideología que crearía gigantescas burocracias. Los regímenes comunistas llevaron a cabo su sueño de fichar a todos los habitantes de un país y es de suponerse que a Hoover le hubiera encantado estar a cargo de sistemas que espiaban todo acerca de todos y llevaban un control muy estricto de la población como el de la Alemania comunista.  Al final resultó que durante la guerra fría, el órgano más parecido a los de las burocracias comunistas que tuvieron los americanos, fue precisamente la agencia que perseguía a los comunistas. 

Alvin, el niño problema


                                                      Alvin y las ardillas 3

En el fondo esta no es una película realmente infantil. Y no lo digo por algún chiste dirigido a los papás que tengan que verla. Sino que la historia en sí no tiene la fantasía que caracteriza a una historia infantil de verdad. Hay imaginación en los chistes, en los gags, pero la trama es una demasiado simple historia de náufragos en una isla desierta. Iba a decir que es la típica historia, pero creo que la típica historia de náufragos en la isla desierta tiene más fantasía. Alvin y las ardillas 3 se siente como cuando uno va a una fiesta infantil y se da cuenta que en realidad la fiesta la hicieron los papás para si mismos y usaron a los niños de pretexto.

Además, detrás del humor, hay un conflicto a través de toda la película y es que Alvin se porta muy mal. Hay de hecho diálogos tan serios como cuando Dave, el “papá”, le pregunta a Alvin cuando dejará de comportarse como niño y Alvin le contesta que cuando él lo deje de tratar como niño: Otra prueba de que esto realmente no es una historia de niños para niños. De hecho aunque las ardillas se supone son niños, en realidad se comportan como típicos adolescentes: Las ardillitas "niñas" compiten en la pista de baile con sexosas mujeres y quieren llegar a la entrega de premios de la música pues si no serán unas “loosers” totales. Alvin se escabulle al casino del barco donde están de vacaciones vestido como James Bond de película de los sesentas (Como si el sueño de todo niño fuera ser galán sesentero) y, obvio, trata de ligar y finge tener más edad. A Simon, el chipmunk nerd, lo pica una araña con "veneno neuro tóxico" que le cambia la personalidad por la de un francés latin lover. O sea un latin lover con acento francés ¡el personaje favorito de todo infante! - Ajá.


Todo esto no tendría nada de raro si no fuera porque obviamente los adolescentes no son el público objetivo de esta película, pues cualquier adolescente en su sano juicio huirá de Alvin y las ardillitas 3 como si fuera la peste. ¿Extraño no? ¿Será conscientemente una película para papás?


Los tres personajes adultos principales:  Dave el manager, el ex – manager y villano, y la mujer–figura materna nos revelan que la familia de las ardillitas está medio disfuncional: El ex manager hace pensar en un  ex marido o ex padre abusador. Ahora trabaja como botarga de pajarraco muy como de pesadilla infantil y al principio de la película parece que va a ser el principal generador de conflictos en una lucha continua villano versus los buenos, pero resulta que no es tan malo, o mejor dicho tiene una dualidad muy propia de alguien que fue la figura paterna. Y la figura "materna" es una loca chiflada capaz de cualquier cosa por encontrar dinero y joyas y sólo convive con unas pelotas a las que les da características humanas. Pelotas-muñecas que son las únicas con las que se relaciona, como niña atrapada en cuerpo de adulta. Y Dave, “el bueno” insiste demasiado en que ama a sus ardillas - hijos a pesar de que sólo le dan problemas. Insiste tanto que hace pensar que se lo tiene que repetir mucho a si mismo. Alvin sospecha que Dave ya no lo quiere por portarse tan mal, pero es que ser el divertido y simpático es su papel, (Cómo si alguien se lo hubiera dado, ¿será así? ) y se dice esto a si mismo mientras ha dejado de serlo y se ha tenido que volver responsable porque su hermano menor gracias a la picadura de araña es ahora el divertido y entonces Alvin se tiene que comportar como adulto - papá. Y lo odia.

Esta película recrea muy bien la sensación de estar con una de esas familias en donde los hijos siempre se están peleando y todo son gritos y regaños. Y viene con todo y recomendaciones para los padres como cuando Simon se pone a hablar muy seriamente con Dave, ya en plan de terapia familiar, acerca de la terrible conducta de Alvin, y le dice que lo que necesita es dejarlos tomar sus propias decisiones, darles confianza. Y también vienen escenas de moraleja con rollo acerca de perdonar y no dejarse llevar por el rencor y a la mujer le dicen que no todo en la vida es dinero. Y Alvin se arrepiente y promete  que ya se va a portar bien, pero como todo sería aburridísimo si se portara bien la película cierra con Alvin que ya está de nuevo haciendo de las suyas porque como todo papá ya sabe, sólo la conducta irresponsable, como por ejemplo la del soltero que aún quisiera ser, es divertida. Y en el caso de Dave no le quedará más que perdonar a Alvin porque a pesar de los rollos de reconciliación y perdón, en realidad sólo él lo quiere, como queda demostrado en la escena en donde la mujer y el "ex" contemplan indiferentes que va a morir cayendo a un precipicio. Sí, sólo a Alvin, como si los otros no fueran sus hijos. Bueno, quizá no lo son, de hecho las ardillas no son hermanos y por eso se pueden tirar la onda entre ellos.

Pastorela

  
Mex 2011 Guión y Dirección Emilio Portes con Joaquín Cosío Carlos Cobos Eduardo España Ana Serradilla 

Resulta bastante revelador que esta película mexicana gira alrededor de un personaje que se aferra a un papel en una pastorela y que reclama que ese es su papel, por la simple y sencilla razón de que él siempre lo ha hecho. Después resulta que el elenco de la pastorela es mejor con él que sin él, pero al principio,  el judicial que siempre sale de diablo en la pastorela del pueblo ( Joaquín Cosío ) simplemente reclama su papel porque es suyo porque sí pues él siempre lo hace. A partir de ahí se desarrolla una comedia que destila por todos lados un fuerte tufo conservador, en el sentido estricto de la palabra conservador, de defensa de lo establecido. Veamos: el nuevo, el padrecito recién llegado, es el villano. Los motivos para romper con la tradición sólo pueden ser inconfesables: se trata de una conspiración para agandallarse el dinero y premios de un concurso. Y bueno...  se trata de una pastorela. De la pastorela del pueblo. Con padrecitos, monjitas por doquier y señoresobispos. Como es sabido, las pastorelas tradicionales, a menos que seas la mamá del niño de cinco años que sale de San José, no le interesan a nadie, así que Pastorela, la película, hecha mano del mismo recurso de las tradicionales pastorelas para no parecer tradicional: presentarse como comedia pícara.  Ahora, aunque una pastorela es el tema de esta película, la trama en cambio pertenece al género de las comedias navideñas infantiles gringas, con todo y policías por doquier sólo que en este caso son judiciales mexicanos en lugar de patrulleros de pueblo gringo. Aunque Pastorela hace reir, la mezcla de géneros está muy dispareja y se pierde el tono realista de comedia pícara con el humor y estilo más infantil de la comedia navideña santaclosera. Además siento que el típico guión gringo, seguido estrictamente con todo y final con caos y persecuciones hace que uno como espectador se vuelva más consciente de las limitaciones de la película. Es decir, que si a uno lo ponen a ver una historia gringa, uno se vuelve más consciente de no estar viendo una producción hollywoodense con espectaculares efectos, derroche de presupuesto y cuidado del más mínimo detalle. Y luego con el tema de la pastorela pueblerina como fondo y los escenarios e imágenes de viejas iglesias, monjas etc. pues se acentúa una sensación de chafez, de estar viendo en efecto una superproducción, pero pueblerina.  Creo que el gran problema de Pastorela, es que no cumple con lo que le ofrece al espectador en sus carteles promocionales: mandar la tradición al diablo. Las grandes comedias tienen un espíritu crítico, y en cambio esta película como ya dije tiene un tono bastante conservador, desde el tema de la pastorela, el guión hecho by the book, y claro, los personajes sacados de esas dos entrañables corporaciones que son la iglesia católica y la policía judicial. Es interesante el caso de la iglesia: Para darle un toque más cool, se recurre a personajes malhablados, un padrecito que se coje a una monja (Ana Serradilla) y en general se presenta a la iglesia como si fuera una moderna corporación en busca de ganancias. Lo de la búsqueda de ganancias me lo creo, lo de moderna no. Hay un chiste en Pastorela que ejemplifica a la perfección el carácter conservador de la película: Un obispo, o algo así, le pide a otro ensotanado que está leyendo el periódico que le diga como va el mundo, el otro empieza a contarle  lo que pasa pero cuando empieza a decir algo sobre el Presidente el Obispo lo para. Lo que quería saber era como va Edmundo, no el mundo. Moraleja: Cero crítica a la realidad aquí y cuidadito con meterse con la autoridad en esta película.  En cuanto a los actores las actuaciones están bien, en especial me gustó el trabajo de Serradilla y de Eduardo España. Curiosamente tal y como dice un texto al inicio de la película, en las pastorelas el diablo suele ser el más simpático. En este caso hay varios diablos y España interpreta al que quiere agandallar el papel por lo que viene siendo realmente el diablo malo de la pastorela.

One Day





EU 2011 Guión David Nicholls basado en su propia novela
Dirección Lore Scherfig Con Anne Hathaway Jim Sturgess

Película antiromántica que me recuerda un poco a 500 days of summer  en el sentido de que son épicas del no amor. En el caso de One Day se  convierte en una demasiado larga historia que borda sobre la historia de  una pareja – no porque sean una pareja, simplemente porque los  protagonistas son hombre y una mujer -  que sostienen una larga y nada  tórrida relación durante muchos años. Es una película- suéter digamos o  una película-cachorrito- tibio para tomarse acompañado de un chocolate  abuelita y sentir una cálida sensación de confort, aunque de preferencia  debería verse mientras se hace otra cosa al mismo tiempo porque sobre  todo al final, aburre.
Los protagonistas llevan la típica relación  contemporánea de amigos que quisieran ser más que eso pero por alguna  razón no lo hacen. Y no es culpa del destino, ni de ningún villano o de  que sus familias se opongan a su amor o alguno de los obstáculos de los  historias románticas. Este antiromanticismo de la historia queda  evidenciado muy claramente en la escena que abre y cierra la película,  que es una típica escena romántica sólo que al revés: Lo típico es,  digamos, que en medio de una tormenta una pareja se separa y parece que  será para siempre, ella tomará el tren o el avión que se la llevará, es  el final, él también se da la vuelta. Entonces él cambia de opinión, y  corre para alcanzarla. El tren arranca, un semáforo o un camión se  interpone entre ellos pero el héroe corre por encima de los autos, la  alcanza, se besan, lágrimas, créditos etc. Aquí la pareja, después de  algunos strikes se va a la cama después de su graduación de prepa, pero  se topan a los papás de él que echan a perder el plan. Ella se va, él se  queda con sus papás, la vemos alejarse sola y triste, y entonces él  regresa por ella. Pero eso es al final, en un flashback, y ya sabemos  que pasarán años y años sin que pase nada entre ellos y al final el güey  se queda solo con la hija que tuvo con otra. Si en la típica historia  romántica la pareja debe ganarle al cruel destino, en esta película el  destino parece que ya ganó desde el principio aunque la pareja no lo  sepa. Sólo que no es el destino el que se interpone, vaya hasta salen de  vacaciones juntos, son ellos mismos los que se interponen entre ellos, y  el destino podría lavarse las manos. En fin, tiene algunos buenos  diálogos, fotografía e imagen muy cuidadas, bonita música, la película  aprovecha que la historia empieza en los 80´s y acaba hasta el 2011 para  recurrir a la nostalgia y hablar del mundo antes del celular y poner  canciones de Corona. Eso sí, la amistad es épica en One Day y no se rompe ni en  caso de que el amigo le robe a la esposa al otro, la amistad es como lo  más a lo que se puede aspirar en el mundo de esta historia, pero por  ninguna razón en especial, como algo que simplemente así es. Como sucede  en tantas vidas en el mundo real.

Algo que me puso a pensar es  ¿porqué había que matar a la protagonista? Supongo que porque si no la  historia sería de un cursi insufrible. Y además se perdería el  nudo del drama: En vez de ser la historia de un amor imposible sería la  historia de una pareja equis que forma una familia, nomás que se tardan  mucho en lograrlo porque pues… pues porque se tardaron mucho y ya.

lunes, 2 de enero de 2012

El magnate y el clítoris


A mí, el Ciudadano Kane, que está en varias listas como la mejor película de todos los tiempos, me aburre. No me extraña que haya sido un fracaso comercial. Coincido con las críticas negativas que la película ha recibido según el breve resúmen de ellas en la entrada de la wikipedia (en inglés) de este clásico: El Ciudadano Kane será un prodigio formal pero no emociona al espectador, aburre, representa un triunfo del estilo sobre la substancia, etc. Recuerdo que la primera vez que la vi me decepcionó mucho que al final "Rosebud", la última palabra de Kane, fuera el nombre de un trineo. Para quienes no la han visto, la película puede resumirse como la investigación de un reportero acerca del significado de la última palabra de un magnate de los medios: Rosebud, o sea capullo de rosa. Según la misma wikipedia, al parecer Rosebud era el nombre que William Randolph Hearst, el magnate de los medios de la vida real que sirvió de inspiración, entre otros, para la historia, le puso al clítoris de su amante Marion Davies. Creo que ese detalle ayuda a explicar que es lo que falla en la película. Al personaje Charles Foster Kane lo acusan los otros personajes de sólo quererse a si mismo, de no interesarse por nada ni nadie más. Alguno dice que lo único que Kane buscó toda su vida fue el amor. Pero el Ciudadano Kane no tenía corazón y lo mismo le pasa a la película. Que diferente sería si Rosebud fuera una mujer, o su clítoris, un amor secreto de Charly Kane. ¿Un trineo qué? Claro, es un símbolo de su infancia. ¿Pero entonces al final resulta que todo lo que el magnate quería era a su mamá? Al igual que Kane el personaje, que trata de llenar su vacío comprando obras de arte, que según le reclama su última mujer, a veces ni siquiera saca de la caja, la película del Ciudadano Kane cubre con maravillosas tomas un centro vacío. Capullo de rosa es un gran nombre para un clítoris, y uno ridículo para un trineo.